Antiguamente la educación era llevada principalmente por la
iglesia, educando en valores cristianos, hasta que poco a poco se fue
repartiendo esta tarea con el Estado.
Se creó entonces un debate entre la educación religiosa y la
educación laica. Que fue dando superioridad a una sobre otra en función del
poder político de cada época, como ejemplo durante la época de la República se
defendía la educación laica y durante el Franquismo, la educación religiosa.
La Constitución Española de 1978 supone un gran cambio, ya
que se declara la laicidad del Estado con derecho a la libertad religiosa. Por
tanto a partir de aquí el Estado proporciona una educación pública laica pero
ofertando como asignatura la religión, para aquellas familias que en su derecho
de libertad religiosa deseen cursarla.
Por otra parte, la educación religiosa fue llevada al ámbito
privado concertado pasando a cubrir la demanda de aquellas familias que
desearan una educación en dichos valores.
Con las diferentes leyes educativas se le ha ido asignando
diferente repercusión a la religión dentro del sistema educativo, hasta llegar
a la LOMCE, en la cual, se puede seguir eligiendo entre religión y alternativa
pero como novedad frente a las anteriores leyes ahora esta asignatura contará
para la media final.
Otro debate muy interesante enfocando este tema es la
inversión pública en centros religiosos. Independientemente de la orientación
religiosa de cada persona, creo muy importante reflexionar sobre este tema
porque no se puede recortar de una enseñanza pública que promueve la igualdad
de oportunidades para invertirlo en centros religiosos privados a los que no
puede acceder cualquier persona sino que depende de su estatus social y
económico.
Para finalizar quiero recalcar, que lo más importante es
que, independientemente de la opinión que tengamos deberíamos centrarnos en
desarrollar una educación solidaria, fomentando la igualdad, la
multiculturalidad y la coeducación, es decir, creando una buena base para la
sociedad.
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